“Cabeza de chancho” es un proyecto de Exequiel Gómez Acuña, que fue presentado en la Sala Arrau del Teatro Municipal de Santiago. La toma de los bailarines y los músicos de ese espacio neoclásico se siente como una trasgresión, apuñalando lo establecido. Una invasión de la escena con seis bailarines hombres y una banda con veinte músicos, donde se mezclan bronces, maderas y percusiones. Y un ataúd.
Este edificio, acostumbrado a albergar a la ópera, al ballet y a las orquestas de música docta, vibró con las contorsiones de los bailarines y los sonidos de la banda Rim Bam Bum, integrada por Marcos Rojas y Rubén Arcaya en tubas; Javier Ramos, Sebastián Meza-Alexis Cornejo y Diego Díaz en trombones; Valentina Gibert, Diego González y Joaquín Rivera en trompetas. En saxo alto, Ariel Flores; saxo tenor, Diego Toro, David Medin, en saxo barítono. ellos se suman Gillian Calfiqueo y Macarena Bastías en clarinetes; Felipe Abarca, caja yaccesorios; Luis Martínez, platillos y accesorios; Blanca Calisto, figurín, y Natalia Gallegos y Sebastián Hernández, en bombo y otras percusiones
“Cabeza de chancho”, con idea y dirección de Exequiel Gómez Acuña, fue presentado en la Sala Arrau del Teatro Municipal de Santiago. Foto: Fabián Andrés Cambero. |
Los bailarines, Carlos Cortés, Manuel García, Sebastián González, Kevin Magne, Félix Toledo, Juan Carlos Zúñiga.
Ellos dijeron: “Crearemos un contexto funerario en el cual seremos y dudaremos de la muerte. Naceremos en el velorio. Juntaremos nuestras biografías en la acción de la danza, en el ritual. Muertos, descompuestos y agusanados pero existentes.”
Y así comienzan y van desencadenando escenas donde aparecen historias personales. Se dibujan los personajes protagonistas y cómo “los otros”, inciden, perturban, limitan o intentan coartar lo verdadero. Aparece la clasificación, la burla, la manipulación, el poder, la segregación, el acoso, el abuso. Todo porque sí. Sólo por ser diferente a lo establecido.
En “Cabeza de chancho” los bailarines desencadenan escenas donde aparecen historias personales. Foto: Fabián Andrés Cambero. |
Los textos dichos por los músicos, refuerzan la escena. La música va desde una disonancia que altera hasta una melodía que protege; a veces acompaña sólo un instrumento, creando intimidad. Y otras, toda la banda crea la estridencia de una algarabía incontenible. La música sostiene a los bailarines y los funde en su ritmo haciendo que todo estalle en color, energía y esperanza de un mundo mejor.
“Cabeza de chancho” es un espectáculo con idea y dirección de Gómez Acuña, con diseño integral de Matilde Videla Lira
http://www.danzahoy.com/home/2015/12/osados-y-transgresores/
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