viernes, octubre 18, 2013

NARCISACIONES (2012/2013) Experimento coreográfico a tiempo real de la coreógrafa Isabel Croxatto y ABUNDANZA



Así ocurrió:

Entra Penélope Narcisa  desde afuera de la  sala, imperturbable, ensimismada en su reflejo, como señuelo para marcar el  ingreso del público.
Dibuja un recorrido romboidal mientras con su espejo se mira y se refleja, desde cerca, desde lejos todo su cuerpo en movimiento. Pausada, precisa, abstraída.
El público entra y se acomoda  alrededor del espacio marcado como un gran rectángulo. Los bailarines  Narcisos, están ubicados flanqueando el espacio. Parados sosteniendo un espejo doble  delante de sus caras.
Cuando los espectadores  ya están en sus lugares, Penélope Narcisa   finaliza su recorrido con un jadeo sonoro y angustiante.
Pausada e intermitente  es la entrada de cada uno de los bailarines, quienes se van ubicando en diferentes lugares del espacio, donde depositan el espejo sin dejar de mirarse en él. Tomándolo como foco comienzan a realizar una secuencia de movimientos que reconocemos como iguales, pero hechos en diferente orden y ritmo. La elección de cada uno ha sido aleatoria y no necesariamente completa. Los Narcisos al ir terminando su secuencia van saliendo del espacio llevándose el espejo.
Un último bailarín  se queda repitiendo su secuencia y vemos que todos, como Ecos de éste, vuelven a entrar. Esta vez con el espejo en una mano realizan la secuencia sin dejar de mirarse, convirtiéndose en Ecos de sí mismos al verse reflejados.
Se van acercando cada uno a algún espectador y le entrega su espejo y continúan  mirándose en él. A partir de ello la secuencia comienza a transformarse. Los mismos movimientos cambian de intención, de ritmo, se llenan de sensualidad, de animalidad, se convierten todos en Minotauro, el que devora y se deforma. El ser híbrido que sale después de la contención, la espera y el deseo.
Durante el transcurso de las escenas Penélope Narcisa, deambula por los bordes del rectángulo. Espera, se mira en su espejo, y  mira a los otros. Se hace Eco de lo que sucede en la escena de modo sutil. Inquieta a los espectadores al impulsarlos a reaccionar a lo que ven. Les ofrece su espejo y se los quita. Al aparecer los Minotauros, su fuerza la incita a penetrar en el interior del Laberinto y sucumbe convirtiéndose en otro de ellos, devora y se deforma. Todos, en una explosión de energía y ferocidad,  de arrojo y sensualidad  se transmutan en un gran Minotauro.
El sonido de una lluvia liberadora, calma y aplaca al Minotauro. Uno a uno van saliendo, hasta dejar el espacio vacío.

-Cada uno de los experimentos coreográficos presentados tuvo una consigna diferente. En todos se invitó  a los espectadores  a ser  espectador/performer, hiperactivo, ultra inmiscuido e híper conectado. A ser  libres de usar sus dispositivos móviles para tomar fotos, grabar, o transmitir  lo que sucediera

-El primero contó con un espacio delimitado, por un rectángulo marcado en el suelo y una línea de sillas alrededor dispuestas una de frente y la siguiente de espaldas con un espejo sobre ella para que el espectador viera la presentación a través de él. La alternancia hizo que los espectadores estuviesen uno de frente y otro de espaldas en todo el espacio.
Los 30 bailarines estaban distribuidos en 3 líneas del rectángulo, dejando la de la entrada libre.
Una bailarina entró a la sala desde el foyer llevando un espejo, como iniciadora del rito, abriendo el camino para que los espectadores entraran al espacio.



-El segundo experimento tuvo el espacio delimitado por el rectángulo marcado en el piso, pero no hubo sillas para el público.
Se repartieron espejos a los espectadores y se les comunicó que podían usarlos para reflejar o mirar a través de él.
Al  entrar  encontraron a los bailarines - Narcisos, distribuidos en el espacio sosteniendo un espejo  doble delante de sus caras, mirándose detenidamente la cara y el cuerpo. Penélope- Narcisa sola está colocada a la mitad de uno de los lados del rectángulo, pero por fuera.

-En el tercer experimento no hubo delimitación del espacio. Todos los bailarines estaban  con diferentes frentes distribuidos en el espacio mirándose en sus espejos. Los espectadores recibieron antes de entrar, junto con el espejo, la consigna de mezclarse entre los bailarines. Trasladarse donde quisiera, reflejarlos y  reflejarse, convirtiéndose ellos mismos en Narcisos y Ecos.
Los bailarines mantuvieron sus consignas de ser Narcisos, Ecos y Minotauros.
El sonido se mantuvo en los tres experimentos: una gota aislada cada minuto y el sonido de una lluvia final liberadora.


NARCISACIONES experimento coreográfico a tiempo real, se presentó en el marco del Ciclo Composición en Tiempo Real  en la Sala Arrau del Teatro Municipal de Santiago, en Octubre 2012. 
La propuesta  fue generar una pieza de 30 minutos donde intervinieran 30 bailarines, ejecutando una serie de 30 movimientos. Estas pertenecen a las series de movimientos de la obra Narciso el extasiado de la coreógrafa Isabel Croxatto.

El material coreográfico (original) fue entregado virtualmente a través de un blog  para ser aprendido de manera autónoma por los bailarines (copia) y practicado en ensayos grupales (remix) donde además se estudiaron las metodologías de tiempo real que propone la coreógrafa.

NARCISACIONES  se volvió a presentar en el Centro Cultural Estación Mapocho en el mes de enero  de 2013.  Allí la convocatoria fue para 20 bailarines y el experimento se realizó con una duración de 50 minutos. Tuvo el mismo desarrollo que el realizado en la Sala Arrau, pero ahora en un espacio de mayores dimensiones y diferentes características.


Se repitió la experiencia   en el mes de marzo  en la XV Muestra Internacional de Danza de Oaxaca, MIDO 2013 México, ahora con una convocatoria hecha a través del blog a bailarines mexicanos, quienes compartieron la escena con los bailarines de Abundanza.

Fotos de Cucho Olivares

BANCH: Apuestan a un nuevo director (Publicado en DANZAHOY en Español el 30/09/13)

Desde agosto de este año Mathieu Guilhaumon asumió la dirección artística de la compañía chilena fundada por los legendarios Ernst Uthoff, Lola Botka y Rudolf Pescht. Con sus 34 años, el bailarín y coreógrafo reemplazará a Gigi Caciuleanu, quien dirigió a la troupe durante 12 años.

 Entrevista por Mabel Diana


Mathieu Guilhaumon, llega al Ballet Nacional Chileno (BANCH) a los 34 años, a reemplazar a uno de los directores que marcó un hito en la historia de la compañía: Gigi Caciuleanu, quien dirigió a la troupe durante 12 años.
Guilhaumon se formó en el Conservatorio Nacional de Danza de Perpignan, (Francia); en el Centro de Danza Alvin Ailey en Nueva York y en la Escuela Rudra Béjart en Lausanne. Su experiencia profesional en los últimos diez años fue como bailarín y coreógrafo en diferentes compañías europeas como Groupe 13 de Maurice Béjart, el Stadttheater Bern (Suiza), Theater Augsburg (Alemanía), Opera National du Rhin (Francia) y Opera National de Paris.
Fundado en 1945 por Ernst Uthoff, Lola Botka y Rudolf Pescht, exponentes del expresionismo alemán, el BANCH ha tenido a lo largo de estos años un rol destacado en el mundo de la danza  internacional. Elegir un sucesor fue una difícil tarea. Sin embargo, en agosto de este año, se oficializó el cambio de timonel.

DANZAHOY: ¿Mathieu como fue que llegaste a Chile?
Mathieu Guilhaumon: Me invitaron desde el CEAC (Centro de Extensión Cultural y Artística de la Universidad de Chile), a crear una nueva  obra para el Ballet Nacional Chileno. Como no conocía a la compañía vine a Chile en enero de este año de vacaciones, y así  conocer a la compañía y conocer el país. Hice un seminario para los bailarines. Esto fue muy importante ya que fue el primer encuentro con todos, y me dio tiempo para pensar, para conocerlos, ya que la invitación era para montarles una coreografía en agosto.
D: ¿Y allí te ofrecieron la dirección?
MG: En enero, Christian Contreras, el coordinador del ballet, me comentó que estaban buscando un nuevo director artístico para la compañía y me preguntó si me interesaría ese cargo. Entonces tuve tiempo para pensarlo y preparar un proyecto artístico para la compañía ya habiéndolos conocido. Envié el proyecto. Y luego hubo una selección y fui elegido Director. Ese fue el proceso para obtener el cargo. Llegué el 12 de agosto y empezamos a ensayar hasta ahora.
D: ¿Y cómo te has sentido con la compañía?
MG: Fue un encuentro muy interesante, porque es un momento de transición, muy delicado, de inseguridad, ya que estuvieron 12 años con Gigi (Caciuleanu), y ahora es claramente un cambio, un nuevo capítulo.
D: Es como cuando se corta el cordón con los padres…
MG: Sí, y muy necesario, y sucede en todas las compañías. Y yo lo conozco muy bien, porque como bailarín  me han tocado cambios de dirección y uno no sabe que va a suceder. Pero me  encontré en enero con un grupo de artistas muy motivados y con ganas de descubrir nuevas formas coreográficas, con mucha energía, y fue una gran sorpresa, una muy buena sorpresa ya que  no los conocía y no sabía nada de la compañía. Bailarines con ganas de aprender cosas nuevas. Y entonces fue muy estimulante para mí. Tenía dudas, pero después de conocerlos  estuve más tranquilo en relación a los  bailarines y la obra. Antes de regresar,  pensé mucho en la obra y en los bailarines que podía usar. Ahora estoy usando a toda la compañía. Tenemos dos repartos, el segundo grupo bailará en la segunda semana, ya que me parece muy importante que todo el grupo esté implicado en la obra, que estemos todos defendiendo el mismo proyecto.
D: ¿Cómo fue que elegiste el tema de Añañucas?
MG: Siempre cuando voy a crear una nueva obra para una compañía, me interesa el contexto donde se desarrolla el grupo, el país,  la cultura, la historia de la compañía.
Conocía poco del país, sí de la política y de los muy lindos paisajes, ya que tengo muchos amigos enamorados de los paisajes de Chile. Entonces hice una búsqueda, y encontré en el sitio web turístico del país, esa leyenda. Y me emocionó mucho. Y quería hacer una creación que perteneciera realmente al ballet Nacional Chileno. Y esa flor que sólo se encuentra en este rincón del mundo, pertenece a Chile y me pareció una buena relación entre la leyenda y la flor que pertenecen al país. Cuando leía la leyenda me vinieron a la mente “Las cuatro estaciones de Vivaldi”. ¡No sé porque! Lo que me inquietaba era que Las cuatro estaciones es una música muy conocida, que escuchamos mucho, hasta está relacionada con el universo  de la publicidad, pero encontré la versión  de Max Richter, que  se convirtió en la partitura  de la obra, y es como una nueva obra para mí,  con esa mezcla de sonidos electrónicos, esa sabia mezcla entre modernidad y esa partitura muy clásica de Vivaldi. La encontré preciosa.

                            AÑAÑUCAS DE MATHIEU GUILHAUMON_PAOLA MORET Y VALENTIN KELLER - FOTO JOSEFINA PEREZ
 
D: ¿Que proyectas para la compañía?
MG: Tengo tres ejes principales, primero hacer un ballet con mucha creación y mucha difusión pero atravesado con formas coreográficas diversas. Voy a invitar a coreógrafos de afuera. Voy a hacer mis creaciones pero en cada temporada voy a invitar a alguien. Para el próximo año tenemos 6 creaciones. Me parece muy importante que la compañía sea una vitrina de la danza contemporánea de hoy. Que los bailarines se tengan que confrontar varias formas de trabajo. Una compañía abierta al mundo es mucho más rica. Y también para proponer al público cosas diferentes. Voy a invitar a coreógrafos chilenos, para que puedan trabajar con la compañía y exponer su trabajo. Además quiero empezar con una temporada para público joven. He hecho obras para público joven en Francia, porque es importante pensar en el público de mañana.
D: ¿Piensas en temporadas para niños o adolescentes?
MG: En temporadas amplias desde niños hasta  18 años.  Ya se hacen temporadas de funciones educativas, pero no son suficientes, hay que hacer temporadas para jóvenes.
Tengo un proyecto local que es abrir la compañía al público. Invitar al público  al estudio para ser parte del proceso, hacer puertas abiertas, ensayos abiertos, porque  tenemos la fortuna de tener el ballet en Santiago, en el lugar de la creación. Mostrar el proceso de creación. También vamos a trabajar con los colegios y los alumnos de la universidad.
El tercer eje  es la parte internacional de la compañía.  Encontré que  si pregunto  en Francia a bailarines por el Ballet Nacional Chileno nadie sabe nada. Sólo se conoce el Teatro Municipal de Santiago por Marcia(Haydee…). Es el momento de salir e invitar a coreógrafos internacionales, será una manera para que al regresar a sus lugares hablen de la compañía. Hacer una temporada con coreógrafos internacionales. Cuando vuelva a Europa voy a trabajar en eso, buscar  gente, hablar  y ver si podemos hacer giras al exterior. Y luego  comenzar con el  intercambio de la compañía y de los bailarines. Es un proyecto a largo plazo.
D: ¿Piensas residir aquí en Santiago?
MG: Mi proyecto como director artístico de la compañía es que voy a venir a Chile tres veces al año, serían 6 meses en Chile y 6 meses afuera. Ya que al mismo tiempo tengo otros proyectos en Europa y afuera. Entonces tengo la oportunidad de trabajar con la compañía y también trabajar para la compañía afuera, hacer la promoción de la compañía, ya que ese es un eje muy importante de mi proyecto, el que la compañía se proyecte internacionalmente. Eso me permite seguir mi trabajo como coreógrafo en otras compañías.
D: ¿Que coreógrafos te han marcado en tu carrera?
MG: Como bailarín claramente Forsythe, por la técnica especial que desarrolló. En término de movimientos en el cuerpo fue para mí un descubrimiento. Y Mats Ek  como coreógrafo, por su dramaturgia y lo que hizo con las grandes obras clásicas.
D: ¿Cuándo dejaste de bailar?
MG: Dejé de bailar con el Ballet de l’ Opéra National du Rhin hace casi dos años, porque estaba bailando y al mismo tiempo haciendo coreografías para la compañía. Llegó un momento en que tenía más proyectos coreográficos. También hubo un cambio de dirección y fue como natural pasar de ser bailarín a ser coreógrafo. Ser coreógrafo fue como realizar mi sueño de niño. Porque comencé a bailar porque quería hacer coreografías. Fue natural el paso, por los proyectos que tenía y no podía hacer las dos cosas al mismo tiempo. No bailar no es un problema para mí,  fue el momento para  transmitir, para crear. Y también sucedió con el cargo de director, no pensaba ser director tan pronto, pero tuve la oportunidad y creo que es el momento para hacerlo.