domingo, julio 14, 2019

Bell Cross


Un plano inclinado llena el espacio. Lo más alto al fondo y lo más bajo al frente. Con una pequeña plataforma rectangular arriba y otra abajo, del ancho de la rampa.
Una tela gris  sedosa, lo cubre todo. Comienza a moverse debajo de ella un cuerpo que se manifiesta sutilmente. Adquiriendo diversas formas y volúmenes y con cambios de ritmo.
Oscuro y  aparece el cuerpo  de ella al final de la rampa.  Se descubre, pero vuelve a cubrirse y hace formas con volumen. La plataforma baja está cubierta de velcro.
Los cambios de luz y oscuridad le dan tiempo para aparecer arriba o abajo de la rampa.
En las paredes laterales hay tubos de luz fluorescente, verticalmente colocados que se van prendiendo y apagando al ritmo de la música. 
La tela desaparece y ella, en la plataforma superior, se coloca un pantalón y una chaqueta de velcro. Se cubre la cabeza y sólo quedan al descubierto sus manos y sus pies.
La rampa tiene al centro  el dibujo de un triángulo invertido cubierto de velcro. Las zonas externas están limpias.
Ella comienza a pegarse con el velcro de la rampa; sus movimientos  y desplazamientos están signados por el esfuerzo y el impulso que necesita para despegarse.

Recorre la superficie del triángulo. Llega arriba y con cambios de luz regresa a la base. 


Se quita la chaqueta y el pantalón y lo deja prendidos del velcro de la plataforma.

Sus movimientos cambian, está libre, se desliza con liviandad por los espacios laterales, una luz blanca los  hace brillar.
Comienza una luz estroboscópica,  ella toma la ropa y la lleva hacia el tope de la rampa. Y desaparece.
Regresa con un vestido rojo en las manos y dos rollos de velcro color rojo.
Se viste y comienza a delinear con el velcro rojo los lados del triángulo. Lo hace de forma parsimoniosa ayudándose con las pisadas para fijarlo.
Todo sucede de manera constante. No se puede dejar de mirar, Gema Contreras nos atrapa con su dominio corporal en esa plataforma  inclinada. Juega con la gravedad, se va transformando a cada paso en su recorrido. Es fuerte, enérgica y al instante sutil y etérea.

Manuel Morgado hace un singular juego de palabras con el título de la puesta en escena y el material utilizado: Bell cross /Velcro.
Nos lleva a pensar en lo que nos apresa  y la lucha para desprendernos. Es un cruce/juego peligroso y arriesgado en el que todos alguna vez nos hemos visto.  Pegarnos a algo o alguien y la necesidad de despegarnos. Y si lo logramos, la sensación de recuperar la libertad.
Y porque no, vestirnos de rojo.

Teatro del Antagonista-Danza Contemporánea
Dirección: Manuel Morgado  
Producción Ejecutivo: Kristopher Gómez 
Intérprete: Gema Contreras
Diseño Sonoro: Gonzalo Hurtado 
Jefe Técnico: Nicolás Muñoz 
Asistente dirección: Josefina Pérez 
Coordinadora: Catalina López  
Realización Vestuario: Sebastián Ríos

Microsala, Centro Cultural M100
Santiago de Chile-Julio 2019