Lugar de las funciones Villa Grimaldi (*).
Desde la entrada el
espacio va definiendo la atmósfera. Se pasa al lado del muro de los nombres de
las víctimas desaparecidas. La obra se adueña del lugar.
Una voz en off va
recitando esos nombres, como una letanía que acompaña la entrada del público,
que dirigido, se lo lleva al pie de La Torre (*) donde dará comienzo este
shock.
La Torre marca el
inicio. Una puerta abierta desde donde se atisban seres andrajosos, empolvados,
que se mueven lentamente, como si apenas despertaran del horror, como fantasmas
pasmados de estar allí. Son diez. Llenan
el espacio. Con sus emociones, con sus gestos, con sus desventuras.
Son las víctimas del
abandono. Con su salida el público retrocede hasta la platea del teatro que
está a continuación. Un amplio escenario bajo una gran estructura abierta.
Las escenas se van
desenvolviendo muy bien definidas, bien distribuidas en el espacio. Con sus
ritmos diferentes y a la vez dándole unidad a la obra.
La búsqueda
frenética del otro, el desconcierto al encontrarse con algo, o con alguien que
puede ser o no ser ese ser tan añorado. Ese tocar el cuerpo que se
atraviesa, tratar de reconocerlo, de
sentir si late, si vive, si es.
Vicky Larraín
aparece. Su fuerza interpretativa conmueve. Es la madre desolada cargando un
hijo quizás muerto, desaparecido o abandonado. Una carga preciosa que destroza.
Natalia Cuellar
muestra su control del tiempo. Ese saber estar inmóvil moviéndose lo
imprescindible.
Javier Muñoz vive
cada gesto, cada movimiento, y no deja que los espectadores lo abandonen.
Francisca de
Petris acongoja con sus gritos
desgarradores.
Todos son un
conjunto amalgamado, afiatado, entregado de lleno a las manos de la creadora,
que los lleva por el camino elegido con destreza y seguridad.
Vicky Larraín tomó
como referencias para desarrollar la obra distintos sucesos que han puesto en
shock al mundo. Por su brutalidad, por su inhumanidad. La bestialidad de la
bomba en Hiroshima, las torres Gemelas
en N.Y., los 43 estudiantes mexicanos asesinados en 2014, los detenidos
desaparecidos en Chile y Latinoamérica.
Todos eventos,
durante los cuales, fue imposible protegerse, resguardarse. Donde lo
peor del ser humano produjo el shock del alcance de lo inimaginable en la
cotidianidad.
FICHA TÉCNICA
Teatro gestual: “Shock:
Anatomía del Abandono”
Dirección: Vicky Larraín
Elenco: Marjorie Ávalos, Natalia Cuéllar, Raimundo Estay, Romina Paz Rojas, Carlos Cortes, Pelusa Trincado, Francisca de Petris, Juan Pablo Iriarte, Kevin Magne, y Javier Muñoz.
Sonido: Collage
Producción: Luis Piñango
Difusión: Gastón Zepeda
Diseño Iluminación: Jorge Osorio Peralta
Dirección: Vicky Larraín
Elenco: Marjorie Ávalos, Natalia Cuéllar, Raimundo Estay, Romina Paz Rojas, Carlos Cortes, Pelusa Trincado, Francisca de Petris, Juan Pablo Iriarte, Kevin Magne, y Javier Muñoz.
Sonido: Collage
Producción: Luis Piñango
Difusión: Gastón Zepeda
Diseño Iluminación: Jorge Osorio Peralta
Funciones
abril 2018: Villa Grimaldi, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, con funciones
gratuitas en La Pintana, Los Vilos y Valparaíso.
(*)
Villa Grimaldi fue el recinto secreto de detención y tortura más importante
de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) la policía secreta del régimen militar de Augusto Pinochet en
Chile entre 1973 y 1977. El local, conocido por los agentes de la DINA como Cuartel
Terranova.
Los
primeros detenidos llegaron ya a mediados de 1974. Hacia el verano de 1975,
Villa Grimaldi pasó a convertirse en el centro de operaciones de la BIM, que
ejercía la función de represión interna en Santiago.
En
la actualidad se conoce como Parque por la Paz Villa Grimaldi, fue recuperado y convertido en sitio de memoria y
espacio de promoción de los Derechos Humanos, gracias al trabajo de
sobrevivientes, organizaciones de Derechos Humanos y la comunidad.
(*)La Torre: en su interior se
construyeron celdas de setenta por setenta cm. de largo y dos metros de alto,
con una puerta pequeña que obligaba a entrar gateando. La torre disponía de una sala de torturas. A muchos de quienes
permanecieron en La torre no se les
volvió a ver.
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