Mabel Diana
Comienza
a mover las manos. Los brazos, la cabeza, el torso. Un cambio de luz y también cambia su
posición en el sillón.
La puerta es un conductor de sonido. El personaje al
tocarla, hace que ella, convertida en instrumento,
responda a sus roces, apoyos, contactos.
Su cuerpo escribe la
partitura al moverse.
Los cambios de luz marcan las zonas que él usa. Cambios de posiciones,
equilibrios, vibraciones y respiración dibujan los movimientos.
Hunde una mano en el sillón.
Saca un vaso y toma agua, en cuclillas sobre la puerta deja caer unas pequeñas gotas que suenan al tocar la superficie. Lo repite.
Hay
penumbra, aparece una luz bajo la puerta que se cuela por las rendijas.
Él se va
metiendo debajo de la puerta hasta dejar solamente un brazo fuera. Aparece la
cabeza, la mueve, una luz sobre ella.
Golpea la puerta, sonidos de guitarra.
Respira, sus manos rascan, rasguñan, crean sonidos rítmicos.
Sube una pierna, el pie ya
descalzo, luego la otra pierna.
De rodillas manos a la espalda, se desliza por la
puerta (¿plataforma, escenario, casa, mundo?) se para y camina de espaldas.
Ya
sin camisa, solo una camiseta. Una luz fuerte lo ilumina, amarilla, dorada. Su
sombra se refleja en la pared lejana.
Se acuesta sobre la puerta y saca una cadena metálica que al deslizarla sobre la
superficie hace un sonido fantasmal. Luego saca otra cadena más gruesa y la
resbala provocando un sonido más fuerte, y luego otra más gruesa y repite el
arrastre aumentando el sonido. (¿Horror naturalizado?)
Saca un vaso y toma agua, en cuclillas sobre la puerta deja caer unas pequeñas gotas que suenan al tocar la superficie. Lo repite.
En equilibrio, se mueve,
tiembla hasta que cae fuera y se esconde debajo de la puerta. Se quita la
camiseta, sonido de metralla.
Vuelve a sentarse como al comienzo, se pone unos guantes
de cuero, y saca dos pequeños aparatos que fija a la puerta y producen otros
sonidos electrónicos.
Levanta el sofá y lo para detrás de la puerta que sigue
acostada sobre unos cojines, coloca los objetos y la ropa sobre ésta y él se
coloca dentro del sofá, que lo encuadra, lo protege, lo encierra, como un
escaparate, como un sarcófago. Se escucha un sonido de disco rayado, que no
acaba de terminar.
Creo que me olvido de muchas otras cosas que Alejandro Cáceres hace en este
monólogo que grita.
Un tour de force que nos hace quedar exhaustos a la par de
él.
Su entrega, su precisión, su juego entre el sonido, la luz y el movimiento
nos mantuvo durante todo la presentación a la expectativa de lo que sucedería en
el minuto siguiente.
Sus evocaciones inenarrables, nos llevaron por ese mundo oscuro donde se mueven la realidad y las pesadillas. La oscuridad y el encandilamiento. Las ensoñaciones y la verdad.
Alejandro Cáceres: Bailarín, coreógrafo y docente. Con formación en teatro, danza, música y aikido.Ha trabajado como intérprete en teatro y danza y desde 1998 ha creado y co-creado obras centradas en la investigación del cuerpo, movimiento y sonido, con las que se ha presentado en Chile, México. Uruguay, Brasil, España y EEUU.
Ramiro Molina: Improvisador,compositor y guitarrista.Trabaja desde formatos de solista hasta septetos,actualmente lidera
la agrupación RAM TRÍO y su proyecto solista Solo Guitarra.Desde 2000 aborda la Improvisación Libre como disciplina.Ha fundado Piso3 y el festival FIMI. Ha dictado clases y talleres de improvisación en diversas universidades y realizado giras en Argentina y Brasil.
David Coydán: Diseñador, realizador y escenógrafo de compañías como La Troppa, Zapallo de Troya, La Tempest, Fuego Negro, Ictus y el BANCH. Docente y consultor en colegios y en escuelas universitarias de teatro, pedagogía y diseño industrial.
https://www.instagram.com/molina.caceres.coydan/
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